Maronna acaba de enviarnos el texto del reconocimiento del conjunto al Gobierno hispano.
(Estamos muy orgullosos de la respuesta del dulce y genial Luthier:
Señora vicepresidenta, señor embajador:
Gracias por esta maravillosa condecoración.
Hace 33 años fuimos a trabajar a España por primera vez.
Desde ese momento comenzamos a entender y a compartir el amor de los españoles por sus paisajes, sus comidas, sus vinos, sus poetas, sus monumentos.
Fuimos pasando del deslumbramiento inicial al goce del visitante frecuente, y luego al orgullo de sentirnos también dueños adoptivos de tanta maravilla…
O dueños, sin más. Ya que en Les Luthiers repartimos todo por partes iguales, también hemos decidido compartir nuestros antepasados. Gracias a eso los cinco tuvimos un tío abuelo cura en Murcia … y parientes en la Judería de Córdoba …Y nuestros descendientes: ¡ya tenemos nietos nacidos en España!
¡Es que es fácil sentirse orgulloso de España!
Sólo por hablar de nuestro trabajo, hemos visto nacer entre gira y gira los nuevos teatros y auditorios en los que actuamos, y que veneramos como templos…
Por citar algunos: El Teatro de la Maestranza de Sevilla, el Auditorio de Zaragoza, el Kursaal de San Sebastián, el PalacioEuskalduna de Bilbao, los Palacios de Congresos de Madrid, Santander, Granada… (en Madrid ya vamos por nuestro segundo Palacio de Congresos, a cuál más bello).
Pero volviendo a la condecoración que nos otorga España hoy, hemos acuñado algunas reflexiones que vamos a compartir con ustedes…
(mirada amenazante)… Este es el momento de retirarse para los que así lo deseen).
Al principio, nos impuso mucho respeto el carácter protocolar de la condecoración.
Ahora bien, ¿de dónde viene la palabra protocolo?
Protocolo viene de Pronto-Colón, que era justamente lo que le decía Isabel la Católica a Colón para urgirlo a descubrir América.
Y esa fue justamente la primera “Órden de Isabel la Católica”.
Durante un tiempo se usó una forma más coloquial de Pronto-Colón:
protocolo se decía “Dése-prisa-Cristóbal”.
Es que lo importante que compartimos con España es el idioma… Bueno, casi.
Por ejemplo, en España, cuando alguien te dice “oye, tío” no siempre se trata de tu sobrino… Y no siempre una hermana de tu madre, por más bondad que tenga, será una “tía buena”.
Diferencias hay muchas …En españa los callos y las gambas son manjares deliciosos, puro placer. En cambio para nosotros los callos en las gambas son puro dolor.
En España “el coso” es una plaza de toros y nada más que eso… En cambio para nosotros “coso” tiene muchas acepciones …
Como dice… (se olvida)… coso, el que escribió el coso ese de… Filología para un entendimento más… más coso.
Lo más llamativo es el uso en España de los verbos andar, venir e ir, por ejemplo: “¡anda, venga, vamos!” Que con algunos agregados puede completar un complejo conglomerado semántico: “¡Hala anda, pues nada, hombre, venga, vamos, vaya tío, joder!”
Bueno, ha llegado el momento de hablar en serio.
De nombrar a algunas personas que han sido parte importante de estos 33 años de Les Luthiers en España.
Primero que nadie nuestro recordado Pepe Caturla, que creyó en nuestra vigencia fuera de la Argentina y se atrevió a imaginar y crear nuestra carrera en España… Pepe Caturla, socio, compinche, hermano mayor, y sobre todo querido amigo ….
Y José Luis Coll, el genial “pequeño” de Tip y Coll, con el que “nos quisimos” desde nuestra primera tímida temporada en el Marquina en1974 y que nos preparaba esas inolvidables paellas en su casa.
Y nuestros queridos Miguel Gila, Joan Manuel Serrat, el Tricicle…
Y también Maricarmen Yepes, José Berry Navarro, Concha Antón, Chema de Miguel… ¡Y el público, ese maravilloso público de las ciudades de España!
También, volviendo a la Argentina, queremos compartir esta alegría con Lino Patalano, nuestro representante, que a fuerza de ideas y conocimiento viene insuflando nuevos vuelos a nuestra historia en los últimos doce años.
Para terminar. Muchas gracias por esta condecoración. Desde nuestra primera actuación en España nos hemos sentido aceptados, valorados y queridos… Por nuestra parte, sólo hemos tratado de hacer nuestro trabajo lo mejor posible.
Y las satisfacciones fueron tantas en estos 33 años, que esta condecoración, de la que estamos muy orgullosos, tiene un costado paradójico: Nos recompensan … ¡por haber disfrutado!
Ah, una última cosa.
Sra. Vicepresidenta, Sr. Embajador, por favor, (esto es extraoficial), cuando vean a los reyes y al presidente del gobierno díganles (sin prometerles nada todavía) que estamos considerando la posibilidad de otorgarles el Premio Mastropiero. Muchas gracias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario